domingo, 30 de septiembre de 2012

Brillante sin el mic

El uso del micrófono en clases de canto se extiende cada vez más. ¿Querés saber por qué no nos gusta?


Quien alguna vez presenció el karaoke ajeno afirmará con nosotros: un mal cantante amplificado es una de las peores experiencias musicales que existen. El micrófono no nos hace mejores y puede incluso hacer que nunca solucionemos ningún problema.

El mic en clase nos hace estar pendientes de "lo que suena" y no del cuerpo como instrumento. Dificulta la percepción unificada de la cabeza y el resto del cuerpo generando un corte a nivel de la garganta. Esto es el origen de muchísimos problemas vocales, como ruidos y escapes de aire y de que emitamos la peor versión posible de nuestra voz. ¿Por qué conformarnos con lo peor de nosotros?

Entonces, ¿voy a sonar poco? El cuerpo humano es un instrumento musical formidable que posee micrófonos incorporados. Lo importante es aprender a alinear esas cajas de resonancia para lograr el máximo resultado con el menor esfuerzo.

Entonces, ¿nunca voy a usar micrófono? El micrófono sirve para amplificar un sonido; no para mejorarlo. Cuando se aproxima una fecha en vivo (o en ensayos con instrumentos/pistas amplificadas!) empezamos a utilizar el mic para acostumbrarnos. Simplemente nos ponemos delante, cantamos con conciencia de nuestros músculos y ¡listo!

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