martes, 20 de diciembre de 2016

¿Existen las "condiciones vocales"?

Cuando nuestro gusto musical nos propone cantar melodías que nuestro instrumento no está entrenado para reproducir, irremediablemente sentimos esa frustración. Una canción de Fito Páez, un tango que papá silbaba cuando éramos chicos o, sin ir más lejos, una canción patria en un acto escolar, son todos ejemplos del mismo fenómeno: reconocemos una limitación y de forma automática sentenciamos que “no tenemos talento” o “condiciones vocales”.

Pero traslademos el ejemplo a un instrumento que esté “fuera de nuestro cuerpo”: el piano. Si con unos meses de estudio y práctica más o menos constante lográramos ejecutar melodías con cierta gracia y soltura (con dedicación, se puede) y nos volviéramos a preguntar: "¿el talento está en el instrumento o en el instrumentista?"... ¿cuál sería nuestra respuesta?

La dificultad del canto es que somos al mismo tiempo instrumento e instrumentista. Disociar estos dos roles es sumamente complicado porque en medio se meten creencias muy arraigadas y siempre sobreviene la frustración. Además, la sociedad en la que vivimos tiende a clasificar –de forma cruel– entre talentosos y “destalentados”. Y esta opinión avalada por una mayoría nos hace dudar de nuestra propia capacidad.

Pues bien, sin importar si somos principiantes o cantantes experimentados, desafinar, tener "fea voz", no llegar a las notas más altas, ser desprolijos o padecer dolor al cantar, por ejemplo, son sólo una evidencia de que no estamos aprovechando todo nuestro potencial como instrumento musical.

¿Qué proponemos? 
  • La técnica que enseñamos en nuestra Escuela sirve para cantar todos los estilos porque trabaja el cuerpo como un instrumento musical.
  • Aprender una buena técnica vocal sirve para cuidar la voz y desarrollar nuestro potencial sin limitaciones (de altura, expresividad, afinación, volumen, o ninguna otra).
  • Nuestro Método organiza el aprendizaje y posibilita que puedas medir tu progreso.

viernes, 15 de julio de 2016

¿Soy principiante, intermedio o avanzado?

¿A cuál me subo?
Si tomé un par de clases hace un año, ¿soy principiante? Si canto en una banda pero nunca tomé clases, ¿qué tipo de formación vocal necesito? Toco el violín (por eso he desarrollado un oído exquisito) pero nunca canté... ¿qué hago?

En CambiáTuVoz desarrollamos un serie de preguntas para ayudarte a comprender tu "situación" vocal y sugerimos un curso específico para comenzar en nuestra Escuela. Por ejemplo:

Sos "Principiante" si cumplís uno de estos criterios:
- Nunca cantaste antes
- Querés ver de qué se trata aprender a cantar
- No sabés música
- Buscás un espacio para vos
- Te da vergüenza cantar en público

Sos "Intermedio" si cumplís uno de estos criterios:
- Tomaste más de un año de clases de canto
- Estudiás música o sos músico
- Te interesa conocer nuestro Método
- Querés cambiar de técnica vocal
- Sos de "meterte a fondo" con las cosas nuevas

Sos "Avanzado" si...
- Cantás (amateur o profesional)
- Tenés más de 5 años de clases de canto
- Buscás una técnica eficiente
- Sos fonoaudióloga/o, locutor/a, etc. o necesitás hablar bien por tu trabajo
- Buscás profundizar tu comprensión de la voz
- Tenés nódulos u otros problemas vocales serios

Leer completo y ver cursos sugeridos para cada nivel en nuestra web (click).

Elongando el instrumento (o "El porqué de la postura")

¿Qué es lo natural?
Tan acostumbrados como estamos a que la educación física tradicional nos imponga “desde afuera” una rutina –si no duele, no sirve–, llegamos a nuestra vida adulta con poca o sin ninguna consciencia de una relación verdaderamente orgánica con nuestro cuerpo.

Sin importar qué contacto previo tengamos con la técnica vocal o el canto, todos intuimos que para cantar hay que estar “derecho”, “alineado” o que la postura algo tiene que ver con el resultado sonoro.

Ahora bien, si como alumnos de canto nos indicaran, en una primera clase y sin explicación adicional, “parate derecho”, tenderíamos a quebrar la cintura y sacar pecho, tensionando los hombros como consecuencia. Lo visible, o mejor dicho, lo escuchable, sería un sonido con los mismos adjetivos: tensionado, duro.

Por eso, el encuentro de la postura debiera abordarse desde una perspectiva lógica, biológica y natural que nos dé cuenta de una circulación de energía generosa y equilibrada. Hablamos de distribución de peso en el cuerpo: si hay demasiada tensión en donde no debería (hombros, cuello, nuca) es porque hay peso mal distribuido.

Un alumno sin una buena postura de base tendrá problemas para encontrar resonancia, volumen, quizás desafine… La postura no debe ser un “requisito previo” autoimpuesto o condición para tomar clases de canto, sino la consecuencia de ir al encuentro de nuestro instrumento.

jueves, 7 de abril de 2016

Caso del mes: Julieta (29 años), la que canta lindo



Julieta nunca estudió canto. Canta en reuniones familiares, y cada tanto unos amigos la invitan a cantar con su banda de rock.

Julieta decidió empezar a estudiar canto porque sentía que le faltaba algo para desarrollar más su voz y su forma de cantar.

Julieta se sentía muy rara en sus primeras clases, porque los ejercicios la sacaban de su zona cómoda. De hecho, en esa etapa de estudiante principiante consideraba que desde que tomó su primera clase, empezó a cantar peor que antes.

Por esa razón dejó de venir durante un tiempo. Pero a los tres meses retomó las clases, porque se dio cuenta de que a pesar de "cantar lindo", algo le seguía faltando. Y precisamente "cantar lindo" era la trampa: tuvo que deshacerse de ciertos vicios y costumbres muy arraigadas para hacer un click y finalmente, tras unos meses de estudio intenso y a consciencia, pudo cantar más lindo que antes.

¿Qué materias abarca el estudio del Canto? ¿Qué debo entrenar?

Un cantante profesional que se diga "completo" debe haber entrenado una serie de zonas o áreas diversas. ¡No confundir! Si uno es un cantante amateur puede igualmente ser completo. Por eso mismo podemos seguir cantando sólo por gusto, pero tener un entrenamiento abarcativo para tener más recursos a nuestro alcance.

Para empezar, está la técnica. ¿Qué es la técnica? Es el conjunto de acciones que tengo que realizar para cantar. Así como una parte de la técnica para manejar es presionar el acelerador y soltar el embrague, la técnica para cantar involucra un juego de fuerzas musculares muy precisas, ingreso y salida de aire y otra multitud de cosas. Incluso el que no sabe nada de canto tiene una vaga idea de que para cantar "bien" hay que "hacer algo".

Pero además existe otra fase que se llama repertorio. Esta "materia" consiste en el estudio de los distintos géneros musicales con sus respectivos estilos (no puedo cantar una chacarera con los adornos de una canción pop, salvo que quiera lograr una versión pintoresca) y la expresión a desarrollar a lo largo de lo que se canta, a grandes rasgos.

Se podría decir que en esas dos facetas invertimos una enorme parte del tiempo de estudio. Ahora bien, para poner en práctica lo que se aprendió hasta allí debo, precisamente, practicar. A esto le podemos llamar conjunto o ensamble y es el espacio para cantar con otros cantantes o con instrumentistas.

Menos presente en la vida de un cantante amateur está la lectura musical. No es indispensable para cantar pero se empieza a hacer necesario si queremos dedicarnos a la música clásica o cantamos en un coro y tenemos que seguir con la vista la parte que nos toca cantar.

Y para agotar esta primera camada de zonas de estudio, mencionamos al instrumento armónico. Los instrumentos armónicos son los que pueden sonar en varias alturas al mismo tiempo, por ejemplo, la guitarra, el piano, el acordeón, etc., a diferencia de los instrumentos melódicos, por ejemplo, la flauta o el "humano".

La segunda camada está integrada por otras disciplinas artísticas (artes escénicas, por ejemplo) y actividades físicas que nos ayuden a desarrollar los músculos necesarios para cantar, además de brindarnos contacto con el cuerpo.

viernes, 4 de marzo de 2016

Frustraciones y otras yerbas

"Sin frustración no descubrirá que usted podría ser capaz de hacer algo por su cuenta. Crecemos a través del conflicto". Estas sabias palabras de Bruce Lee son aplicables a cualquier disciplina o arte que queramos desarrollar, y por ende también al canto.

"No puedo cantar."
Si sos una de esos estudiantes que ha pasado por algún que otro profesor o escuela de canto, quizás te haya tocado vivir una experiencia frustrante. ¿Es eso algo malo? ¡No! Para nada. La frustración es parte del aprendizaje. Lo "malo" sería que, con voluntad y práctica, nos repusiéramos de los tropezones pero no mejoráramos nunca.

Pero si tenemos la paciencia y la constancia suficientes y estamos encarando el estudio con la técnica vocal adecuada, veremos que eso que no nos salía en realidad no era tan difícil. Lo difícil, en realidad, es sobreponerse a las propias limitaciones personales ("no me va a salir", "no tengo talento", "no sirvo para esto" y muchas otras frases más que los estudiantes no vacilan en decir).

Un ejemplo: un alumno está luchando con un ejercicio que no le sale. La primera vez no lo comprende; a la siguiente clase lo entiende, pero no puede aplicar ese conocimiento en su propio canto; la tercera lo intenta pero tiene éxito sólo unos pocos segundos (la voz sale perfecta unos momentos) y luego vuelve al punto anterior. A la semana siguiente no va a clase, porque considera que si le resulta tan difícil y se requiere tanto esfuerzo, "debe ser" porque él no sirve para cantar. Quizás con esta actitud está cortando un proceso de maduración (cosa que el docente ya sabe pero el alumno no), y a la siguiente semana, si hubiera asistido a la clase, le habría salido bien el ejercicio y habría salido del "pozo" frustrante. (Y olvida, por cierto, que aquel cantante al cual admira alguna vez pasó por eso mismo, pero no por eso dejó de probar. ¡Alguna vez, ese cantante que nos gusta también fue principiante!)

El camino del aprendizaje está lleno de estas idas y vueltas. El secreto no es evitarlas, sino comprender que eso es precisamente lo más lindo de aprender.

¿Por qué no me gusta mi voz grabada?

En primer lugar, porque las grabaciones que usamos de referencia están hechas con artefactos de baja calidad y demás, que deforman cortando parte de los armónicos (multiplicación de las vibraciones) para dejarnos una voz irreconocible en serio.

Pero además, debemos tener en cuenta que una cosa es cómo nos escuchamos, y otra muy distinta es cómo nos escuchan los otros. Porque cuando hablamos, nos escuchamos principalmente por vía ósea (la resonancia del sonido en nuestros propios huesos), mientras que cuando escuchamos a otro lo hacemos por vía aérea, en enorme medida.

¡A los hechos, entonces! Hagamos un ejercicio sencillo:

Nos tapamos los oídos y decimos algo (cualquier cosa: "hola", por ejemplo). Lo repetimos varias veces. ¿No escuchamos como un sonido sucio, como un ruido molesto, que se superpone a nuestra "voz"? Pues bien, esa es la resonancia interna. [Si no logramos escucharlo, ¡a no preocuparse! Las resonancias en personas sin estudios de técnica vocal son desparejas y la actividad de emisión de sonido está concentrada casi en su totalidad en la garganta (laringe).]

La clave está en aprender a escucharse. Saber guiarse por el rebote de la voz en las paredes, y también por las sensaciones (¿dónde siento vibración? ¿Está bien que sea así?).

Con estudio y práctica consciente se logra identificar cuándo estamos emitiendo bien el sonido, y ya sabremos de antemano cómo va a sonar. De esa forma ya no nos molestará ese sonido "feo", esas vibraciones multiplicadas que escuchamos por dentro, porque sabemos que es el lado "B" de un sonido que afuera es rico en colores y cuerpo.

martes, 5 de enero de 2016

¿Principiante o avanzado?

El Juego de la Oca.
¿Sería un alumno avanzado aquel que hace diez años toma clases de canto en las que lleva un CD, lo escucha con el "profesor" y luego intenta, con sus sugerencias, copiar la forma de cantar del artista?

¿Es un principiante alguien con total dominio de su cuerpo y voluntad, como podría ser un experto en artes marciales, aunque no haya cantado ni un día de su vida?

Cuando en esta Escuela hablamos de nivel técnico, hablamos de habernos liberado de ciertos vicios, como el ruido al respirar, y de dominar ciertos parámetros (la resonancia que logramos con la postura, la relajación de la garganta en todo momento, el poder pasar cómodamente de notas graves a agudas...).

Es muy –pero muy– frecuente que un verdadero principiante piense que como nunca cantó antes, ya es tarde en su vida para comenzar a hacerlo con seriedad y que un experto cantante piense que está demasiado adelantado en el camino como para revisar los cimientos.