jueves, 10 de abril de 2014

La clave de la respiración: la diferencia de presión



Puede parecer normal, pero son errores. Inflar el pecho de aire, y después emitir la voz. Sacar todo el aire “residual” para purificarse, y luego cantar. Meter la panza para adentro, y recién entonces comenzar a decir la frase. ¿Por qué tantas formas distintas andan dando vueltas en el imaginario popular del Canto? Si el objetivo es cantar bien, ¿cualquier camino lleva a la meta?
Pensamos, ante todo, que hay que preguntarse por qué uno hace las cosas, y negarse a aprender por repetición. En otra nota de este mes indagamos qué hace que un docente de Canto sea solvente, y aquí decimos, con el mismo concepto básico: no hay que repetir lo que me dice mi profesor de Canto, por la sencilla razón de que puede estar equivocado/a. Sí es útil que probar lo que me dice; pero debo hacer yo mismo la prueba: si funciona, me lo quedo; si no funciona, sigo con otra cosa. Porque no todas las formas sirven para todos los alumnos.
Entonces: ¿hay que inflar la panza o meterla para adentro cuando vamos a cantar? En Cambiá tu Voz opinamos que la respiración debe ser insonora, invisible, imperceptible. Debemos tomar la cantidad justa de aire, cuidando de no tensionar la garganta, pues eso es lo que luego me va a condicionar. La respiración es el proceso de diferencia de presión entre el aire interno y el externo. No meter la panza para adentro. No inflar toda la panza, o llevar el aire al pecho. Sólo lo justo y necesario hará que la emisión sea limpia. Mientras tengamos ese concepto claro, podremos seguir adelante. ¡Es la base!
Formas, hay muchas, pero para llegar al resultado deseado, sólo una es la más eficiente: disponer todos los componentes en el sentido correcto y justo (postura, respiración y relajación de garganta), de manera que el sonido fluya sin interrupciones, y lo que es más importante, de un modo que nos asegure no lastimarnos. El proceso de aprendizaje con nuestro Método reporta los avances más notorios durante las primeras etapas, tanto en principiantes como en alumnos con experiencia previa. Por eso hacemos hincapié en un elemento básico como la respiración (¡aunque tengas años de estudio previo!), porque es el termómetro de nuestro andamiaje técnico: si hace ruido o tensiona la garganta, hay que revisarla.
.

Qué hace bueno a un Maestro de Canto



Cuando buscamos un lugar donde estudiar Canto o un profesor, verificamos que se trabajen los estilos que nos gusten, que nos enseñen lo que queremos aprender, que nos quede cerca de casa, que sea bueno… Pero, ¿cómo sabemos si es “bueno”? Más que “bueno”, deberíamos preguntarnos si nos sirve para lo que queremos lograr. Y probar: la descripción de lo nos van a enseñar puede ser a veces tan vaga que no nos sorprendería encontrar actividades de lo más variadas dentro de una “clase de Canto”.

Lo que hace bueno a un Maestro de Canto es identificar las dificultades del alumno, y lo más importante, saber cómo organizar los contenidos para que la persona supere los obstáculos. A veces no alcanza con “guiar” al alumno a través de una canción, porque puede estar errando en conceptos técnicos básicos. Por el contrario, “matar” a un alumno con técnica puede ser contraproducente: en algún momento habrá que aplicar todo lo aprendido en una canción.

Así, el buen docente sabrá cuándo y cómo darle al alumno ciertos contenidos. Dijimos, además, que lo que enseñe mi docente debe servir a los resultados que deseo. Si quiero ampliar mi registro (el rango de notas que puedo abarcar con mi voz), deberé trabajar sobre las herramientas técnicas precisas; si quiero que una canción suene “triste” tendré que cavar hasta encontrar la semilla que regula la expresión de mi voz.
Un buen Maestro sabe cómo llegar a los resultados. Nosotros, por nuestra parte, creemos que todos los problemas tienen una misma solución. La dificultad puede ser vocal o musical; la forma de resolverlo es saber qué está mal y cómo modificarlo. Sabemos que, por lo general, la dificultad es mecánica: cómo ensamblar la postura con la respiración y la relajación (paréntesis: si todos tenemos pulmones, diafragma y cuerdas vocales, un buen Maestro debería saber cómo sumar esos elementos para que resulten en una buena voz). ¡A probar, entonces!
.

Rubén Juárez: fraseos perfectos



Quizás por haber sido bandoneonista, Rubén Juárez supo cómo hacer para regalarnos fraseos perfectos. ¿Qué significa esto? Que pudo no haber sido un cantante florido, o técnicamente impecable, pero sabía representar el sentimiento exacto que inspiraba cada letra de cada tango, haciendo las inflexiones precisas en cada frase: cuándo empezarlas y de qué manera hacerlo, y cómo darles fin para que surtieran el efecto deseado. Una flecha dirigida al blanco, siempre.

En muy pocas ocasiones el público se sintió tan identificado, tan tocado por un cantante de tango. A todos nos gusta la sutileza de Gardel o la pasión de Julio Sosa, pero cuando Rubén Juárez terminaba de cantar un tango, quedarse sentado en la butaca no era una opción en el menú de actitudes a tomar.
Aquí elegimos algunas de las versiones que más nos gustan, y las compartimos para saber si compartimos el mismo paladar. ¿Te gusta Rubén Juárez?