lunes, 31 de marzo de 2014

¿Se puede cantar sin que nos duela la garganta?

¿A qué se debe el dolor en la garganta cuando cantamos? ¿Por qué nos quedamos frecuentemente sin voz?

Es paradójico, pero cuando hablamos, cantamos, o también cuando susurramos (en realidad, cuando realizamos cualquier actividad de sonido vocal), deberíamos distraer todo tipo de atención sobre la garganta, la nuca, el cuello, la voz. Es por una cuestión metodológica: si pensamos en mejorar la voz, no vamos nunca a tener buenos resultados si operamos sobre la voz misma. Debemos operar sobre las causas.

¿Qué hacer, entonces? Las cuerdas vocales, y más genéricamente, la garganta, son esos lugares donde sentimos la tensión, el dolor, e incluso disfuncionalidades como los nódulos o hiatus, pero son sólo el síntoma. Esa dificultad que vemos como el máximo problema, en realidad es sólo un alerta de que tenemos que hacer algo distinto de lo que venimos haciendo.

Eso distinto es cambiar la mira: ¡el problema no está en la voz! El problema está en cómo ejecuto mi instrumento. ¿Alguien se preguntaría por qué suena mal una guitarra si para tocar uso un trozo de alambre en lugar de mis manos? (La guitarra, si pudiera hablar, se quejaría del dolor.) Con la voz ocurre lo mismo: la voz es el sonido del instrumento, no el instrumento mismo. El instrumento es un conjunto de músculos y funciones (músculos de la espalda, de la zona abdominal, dosificación del aire, etc.) que sólo tenemos que poner en marcha de la manera adecuada según los resultados que queremos lograr (cantar bien, afinar, que no me duela, ampliar mi registro, mejorar el volumen, etc.).

Quitar la atención de la garganta no sólo es útil, sino que nos sacará un peso de encima. ¡No soy yo, es mi instrumento! Para poner otro ejemplo: cantar una canción desde la presión en la garganta, es como manejar hasta Mar del Plata con el freno de mano puesto.

Podemos tomar té de jengibre, usar bufanda todo el día o comer caramelos de miel, pero el problema no se irá si seguimos forzando la garganta. Cantar es posible, porque la llave está al alcance de todos: aprender a utilizar las herramientas que ya tengo, pero que no están desarrolladas en todo su potencial. ¡A animarse!

domingo, 9 de marzo de 2014

Talento, carisma, "condiciones vocales": mitos que nos atan

El problema visible puede ser no alcanzar las notas altas, la desafinación, un hiatus o la voz hablada. Los síntomas son de los más variados; hay problemas propios de los que recién empiezan a cantar y dificultades que aquejan a cantantes profesionales.

En el mundo de la música vocal está instalada la idea de que aquel que no tiene talento no puede cantar. Pero en definitiva, ¿qué son el talento o las condiciones vocales?

Por ejemplo, ser desafinado o tener "buena voz" no debería ser un requisito para empezar a aprender. Al mismo tiempo, si luego de un tiempo de estudios no "adquirimos" un vibrato o no desarrollamos una línea de canto estable, nos veremos excluidos para siempre de determinados escenarios, sólo porque las condiciones vocales nos alcanzaron "sólo hasta ahí".

Para citar casos concretos, la mayoría de los alumnos principiantes entiende que la desafinación es un defecto personal, algo así como un monstruo feo que vive en casa y que tenemos que esconder en el ropero cuando vienen visitas. Pero la realidad muestra que el 90% de las desafinaciones tienen su causa en una técnica poco eficiente. ¡La afinación está en el cerebro, pero no olvidemos que la voz la genera el cuerpo!

A su vez, en alumnos con experiencia cantando, o incluso personas que usan su voz como herramienta de trabajo pueden notar, por ejemplo, falta de aire para completar las frases, o exceso de aire en la emisión de voz (un sonido poco limpio), obstáculos que se superan con una correcta inspiración y la justa dosificación del aire. Ahora bien, generar resultados distintos implica transitar caminos distintos: cantar una y otra vez la misma canción no va a hacer que terminemos las frases sin cansancio (podemos aprender de memoria la música y la letra, pero los "síntomas" van a seguir estando).

El caso es que todas las limitaciones vocales tienen la misma solución: aprender qué es lo que estamos haciendo mal y cómo corregirlo. El mundo de la música está ahí para que lo disfrutemos. No es un ámbito restringido a los genios o talentosos. Sólo porque nos falten un par de consejos o herramientas sencillas, ¿vamos a prescindir de vivir la experiencia?

El maestro invita a un concierto

Leonard Bernstein (1918-1990) fue un compositor, pianista y director de orquesta estadounidense.

Entre los años 1958 y 1970, Bernstein llevó a escena sus "Conciertos para jóvenes" con la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Los temas abarcados son de toda clase: desde aquel encuentro titulado "¿Qué es la música?" hasta estudios sobre compositores como Stravinsky o Shostakovich.

"Estas lecciones magistrales son consideradas fundamento de la pedagogía de la música. En ese entonces, Bernstein presentaba en televisión sus famosos 'Conciertos para jóvenes', y explicaba de una forma amena y didáctica los conceptos y puntos considerados aburridos o difíciles en la música (el solfeo, el contrapunto, cómo suenan los diferentes instrumentos)." (Del libro "El maestro invita a un concierto", obra a cargo de Editorial Siruela que selecciona los conciertos más importantes del ciclo).

En esta compilación acercamos la gran mayoría de los conciertos, tal como fueron presentados.

Para ver todos los videos y seleccionar a gusto, clic aquí: (https://www.youtube.com/playlist?list=PLeGhUoiMUSPeLI6eMon34SZYSj6cwASer)

jueves, 6 de marzo de 2014

La música de la tierra

¿Existe un nexo de unión entre la música que compone el ser humano y los sonidos que emiten los animales? Aquí, un documental llamado "La música de la tierra".