Al pensar en “cantar” o “canto”, una nube inmensa de imágenes y palabras se arremolinan sobre la cabeza: expresión, talento, arte, personalidad, música…
Si pienso en empezar a estudiar… ¿Qué tipo de palabras se arremolinan sobre nuestra cabeza cuando nos imaginamos cantando? ¿O aprendiendo a cantar? ¿Cómo me veré a mí mismo/a en una clase de Canto?
Nuestra propuesta (más allá de cómo sea cada “clase de Canto” en particular) será aprovechar eficientemente lo que la naturaleza nos dio, que es mucho más que lo que en el paradigma antiguo se considera "condiciones para el canto".
Aprovechar los recursos significa, primero, conocerlos. Luego, aprender a usarlos; por último, aplicarlos.
El ambiente que creemos más adecuado es un ambiente de aprendizaje: compartir con los demás la búsqueda de ese “algo” que percibimos dentro, sabiendo que los ejercicios técnicos son casi una excusa, esa escalera que nos acercará, peldaño a peldaño, a una nueva forma de comprendernos.
(Fragmento del Libro Guía 1. Mecánica de la Voz, unidad Nº1, “Relajación”)
Generalmente entendemos la relajación como un momento de inacción y buscamos tener todos los músculos flojos. Pero… ¿qué pasaría si no existiera la tensión?
Sin tensión no existiría la acción: no sería posible hacer nada; no podríamos siquiera pensar en levantarnos de la cama.
La idea de esta relajación no es irnos a dormir sino cantar; estar activos. Entonces buscaremos llegar a un equilibrio, a una distribución armónica de la energía. Las tensiones innecesarias se irán cuando hagamos aparecer otras, las necesarias, en las zonas en que están haciendo falta.
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Enero no podía tener otro artista: playa, chicas alocadas y melodías pegadizas para los Beach Boys. Ideal para engancharse haciendo coros!
Nuestra Directora Laura Kersevan en el Coro Mundial
