martes, 20 de mayo de 2014

¿En cuánto tiempo va a mejorar mi voz?



Para que la voz mejore desde la primera clase tenemos que hacer las cosas bien desde la primera clase.
Todos sabemos que para tener buena voz hay que respirar bien, relajar la garganta y tener una buena postura, pero, ¿cómo lo logramos? En CambiáTuVoz el camino comienza con objetivos simples, que podés incorporar instantáneamente a tu vida cotidiana. Es tan simple como eso... y es mucho más simple cuando nos enseñan cómo!

En la primera clase nos sorprenderá un sonido más lindo.

En el primer mes conoceremos herramientas básicas que nos harán sentir mucho más cómodos cantando y hablando.

En el primer año de clases se dan cambios muy notables. Son esos momentos en que el alumno empieza a desactivar limitaciones y abrir la percepción a nuevas formas de enviarle información al cuerpo. Es una etapa de enorme crecimiento vocal, porque cada paso es un modo mejor de comprenderse como instrumento.

Luego del primer año oscilamos entre avances y  “mesetas”. Notamos que no avanzamos ni retrocedemos: estamos vocalmente en el mismo lugar. Estas etapas son muy necesarias, ya que si llegamos a una meseta, significa que hemos estado haciendo un gran trabajo y ahora, necesitamos consolidar ese escalón. Sentirnos realmente cómodos y confiados para seguir mejorando.  
Lo único importante es, llegado ese momento, no desmoralizarse. Saber que, si continuamos entrenando, el avance va a venir, inevitablemente. Y saldremos a una nueva etapa, renovados y con los dos pies varios escalones más arriba.

¡El aprendizaje nunca termina! Debemos entender que la evolución de nuestra voz se da en espiral: revisando siempre lo mismo, pero cada vez con mayor profundidad. Conceptos básicos como la dosificación del aire o la postura se ven repasados y reinventados constantemente para hacer cada día más eficiente la emisión de la voz. Volver a trabajar sobre la respiración después de años de estudio (para citar un ejemplo), no es signo de retroceso, sino todo lo contrario: es el indicador de que necesitamos hacer una depuración, una mejor síntesis del concepto básico: precisamente por ser básico es que nos permite mejorar, no importa en qué etapa del camino estemos.

Chicas: UK vs. USA


¿Notaste que es más fácil cantar en inglés que en castellano? Es cierto, no es un disparate: el canto se nos hace mucho más fluido cuando la letra está en inglés. ¿Te preguntás por qué?


El inglés propone al cuerpo un uso un poco más eficiente de los músculos y las estructuras: lleva la acción hacia los labios y la punta de la lengua, y deja que la garganta se relaje un poco más. Así podemos entonar mejor y tener un sonido más lindo.
Además hay diferencias entre las distintas variantes del idioma, al igual que en el castellano: no es lo mismo escuchar a un rioplatense que a un salteño… o a un cubano!

Las chicas del Viejo Continente que elegimos tienen una dicción más precisa, más activa. La conjunción de ese aspecto con música y letras de estética más “oscura” da como resultado a Amy Winehouse: delicada, pero atractiva como pocas. Si en su lugar ponemos a Lily Allen, tenemos una voz inocente y peculiar; pronunciación típicamente británica y música netamente pop; pero sin dudas, podemos escuchar cómo las consonantes ayudan a lograr otra nitidez en el sonido.

Las cantantes de Estados Unidos presentan una articulación más blanda, con vocales más abiertas. Se puede ver cómo las originales formas del británico se pierden en la mezcla de culturas de cada estado norteamericano; en Tori Amos, la palabra “Texas” se dice “taxis”; en Fiona, es constante la atropellada y apurada pronunciación neoyorquina.

Para concluir el análisis: la forma del idioma natal nos predispone para generar un tipo de sonido. En nuestro Método de Entrenamiento aprendemos cómo ampliar nuestras posibilidades físicas para lograr el sonido que más nos gusta.

Ropa ajustada: ¿Malo para cantar?





¿Por qué sería malo? Porque nos hace sentir incómodos. Y sentirnos incómodos lleva a que adquiramos una postura inadecuada, hagamos movimientos que nos tensionan y así hacemos fuerza sobre la garganta.

No queremos decir que haya que cantar con ropa de rapero. La idea es encontrar el outfit que nos sirva para cada ocasión, teniendo como parámetro algo fundamental como la comodidad en la cintura. Que podamos tener el abdomen relajado y nunca apretado hacia adentro. Podemos hacer la prueba! Cuando apretamos la panza comprimimos las costillas dificultando la buena respiración. Además tensionamos la garganta y favorecemos contracturas en los hombros y el cuello.

Cinturones y pantalones apretados, camisas demasiado ceñidas pueden jugarnos en contra. Incluso prendas que simplemente nos parezcan demasiado llamativas o poco apropiadas para el momento nos pueden tensionar. La tarea será conciliar las exigencias sociales con la necesidad de tener el cuerpo a nuestra disposición para hablar y cantar.
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