¿Notaste que es más fácil cantar
en inglés que en castellano? Es cierto, no es un disparate: el canto se nos
hace mucho más fluido cuando la letra está en inglés. ¿Te preguntás por qué?
El inglés propone al cuerpo un
uso un poco más eficiente de los músculos y las estructuras: lleva la acción
hacia los labios y la punta de la lengua, y deja que la garganta se relaje un
poco más. Así podemos entonar mejor y tener un sonido más lindo.
Además hay diferencias entre las
distintas variantes del idioma, al igual que en el castellano: no es lo mismo
escuchar a un rioplatense que a un salteño… o a un cubano!
Las chicas del Viejo Continente
que elegimos tienen una dicción más precisa, más activa. La conjunción de ese
aspecto con música y letras de estética más “oscura” da como resultado a Amy
Winehouse: delicada, pero atractiva como pocas. Si en su lugar ponemos a Lily
Allen, tenemos una voz inocente y peculiar; pronunciación típicamente británica
y música netamente pop; pero sin dudas, podemos escuchar cómo las consonantes
ayudan a lograr otra nitidez en el sonido.
Las cantantes de Estados Unidos
presentan una articulación más blanda, con vocales más abiertas. Se puede ver
cómo las originales formas del británico se pierden en la mezcla de culturas de
cada estado norteamericano; en Tori Amos, la palabra “Texas” se dice “taxis”;
en Fiona, es constante la atropellada y apurada pronunciación neoyorquina.
Para concluir el análisis: la
forma del idioma natal nos predispone para generar un tipo de sonido. En
nuestro Método de Entrenamiento aprendemos cómo ampliar nuestras posibilidades
físicas para lograr el sonido que más nos gusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario