viernes, 4 de octubre de 2013

¡Lo natural es afinar!

Hablar y cantar pueden ser percibidas como funciones separadas, pero las estructuras físicas que usamos para las dos cosas son las mismas: el canto es la extensión musical de la voz hablada.
              
Onda natural
Cuando aprendemos a hablar copiamos formas de emitir el sonido que nos sirven perfectamente para el idioma en que nos tocó comunicarnos. Al hacerlo resignamos automáticamente todas las otras formas posibles de vocales y consonantes, ¡que son muchas!
               El mundo de la música tiene notas largas, frases en las que hay que volcar nuestra expresión y extensiones amplias con notas agudas y graves poco frecuentes en el habla. Por eso a veces desafinamos: sencillamente, nuestra forma de emitir el sonido para hablar no siempre nos sirve para plasmar en el canto las melodías que imaginamos.
               Entonces, quizás podríamos decir que hay pueblos más o menos afinados de acuerdo a cuán favorables para el canto sean sus lenguas. Por ejemplo, ¿es más fácil afinar en inglés o en español?
               Lo natural es afinar. Lo habitual es que nuestro idioma natal se interponga entre la música y nosotros. La solución: aprender a emitir nuestro sonido como si volviéramos a nacer y tuviéramos nuevamente la pizarra en blanco.   .

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