jueves, 11 de octubre de 2012

El “extraño” caso del “miope musical”



¿Por qué si emito una voz decente, “le pego” a las notas y “le pongo onda” no soy un buen cantante?
¡Porque muchos tenemos un problema de miopía musical!


Es algo difícil de entender: ni siquiera podemos comenzar a intuir los parámetros que hacen a un buen cantante. Ese mundo pareciera estar, de alguna manera, reservado exclusivamente a los músicos profesionales. La mayoría de nosotros, al hablar de un cantante, sólo puede moverse en los ejes “lindo/feo”, “malo/bueno”, “canta fuerte/canta suave”, y el más subjetivo “me gusta/no me gusta, “tiene onda/no tiene onda”.

Al cantar esto se traduce en una triste pobreza de recursos, ya que la expresión se vive como una “cosa más o menos con onda” (masa informe),  y una incapacidad para llevar nuestras emociones fielmente al oído del espectador. 

Es como si un miope copiara un cuadro hermoso de Klimt pero de lejos y sin anteojos: una mancha que imita pobremente algo que él ve tal cual. La abundancia de “miopes musicales” no hace más que avalar esa pobreza de recursos ¡y hacerla ver como algo normal!



En función de la canción
Demasiado cerca están los ejemplos de cantantes que cantan todo igual. Si escuchamos con atención no logramos identificar emociones básicas (alegría, tristeza) y mucho menos las más sutiles (desapego, rencor, despecho, esperanza…). Predominan los “adornos pop” (del estilo golpecito de garganta o Mrs. Pacman al desintegrarse) y otros recursos básicos que no denotan real sentimiento: un ornamento sin sentido utilizado sin lógica o razón.  

El camino de salida (¿o de entrada?) es uno de descubrimiento, experimentación, análisis y expresión.

¿Tenés algo que decir?
Esa “expresión” es diferente del viejo, conocido e inespecífico “ponerle onda”.
Al cantar, nuestro mundo interno no puede ser expresado directamente porque perderíamos la canción por el camino:
Si para expresar tristeza me pongo a llorar, evidentemente no podré cantar y la canción se perderá. ¿Cómo puedo entonces hacer que el oyente entienda que estoy triste? Deberé encontrar recursos que el oyente decodificará como tristeza. La melodía pasará entonces por ese filtro y llegará “coloreada” con todas las sutilezas que quiera incorporarle.

¡El mundo interno mal expresado no puede ser correctamente comprendido!
Y además… quien no es capaz de apreciar los detalles en la música nunca podrá sutilizar su propio cantar.

Ayudanos a corregir la “miopía musical” mundial. ¡Formá parte de la solución!
El mayor problema del “miope musical” es que no se reconoce como tal porque no puede ver los detalles en el afuera o cree que lo que quiere expresar se codifica correctamente según cada estilo musical. Así el problema se retroalimenta. 

Como solución proponemos las clases de Repertorio. Salir de la "zona cómoda" para adentrarnos en una nebulosa que iremos desentrañando a través de las clases y ejercicios.

Es probable que al principio nos sintamos raros, como quien se prueba anteojos. Con el tiempo comenzaremos a ver cada vez más nítido y seremos capaces de reproducir mucho más fielmente paisajes interno cada vez más coloridos y detallados.

Confiá en nosotros, los que tenemos (de nacimiento o por años de estudios y experiencia) buena “vista musical”!

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