El título es
prometedor, y lo sorprendente es que… ¡funciona! Antes de sumergirnos en el
mundo de la respiración, los músculos y los tecnicismos, es importante conocer
la metodología. Veamos.
El aprendizaje más
efectivo del Canto se logra comprendiéndonos como un sistema, como un aparato
que funciona armónica y orgánicamente. Encontrar las funciones de cada
engranaje es lo que nos dará resultados concretos, porque estaremos minimizando
el margen de error.
Percibir es
ampliar la percepción, es el impacto de una imagen; luego nuestra mente
“bajará” esos conceptos percibidos al cuerpo, y la mecánica resultante
retroalimentará nuestra percepción.
Si sabemos que el
buen sonido de una voz es generado por una mecánica armónica del cuerpo –el
juego muscular que se complementa en la zona abdominal y dorsal, y la
alineación de pies, caderas, espalda y cabeza–, no tendremos de qué
preocuparnos… cada “sección de trabajo” cumplirá
una función dentro del engranaje integral de herramientas técnicas. Sólo restará apoyarnos en esa
estructura y disfrutar de una voz plena.
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