viernes, 21 de agosto de 2015

La teoría de la "A" en Carlos Gardel

Los que hicieron el Curso Inicial conocen la importancia de hacer una buena "A". Esa vocal que algunos llaman "del alma", esa que nos sale espontáneamente cuando intentamos recordar una canción (si no, ¿por qué decimos "la, la, la" y no "lo, lo, lo" o "le, le, le"?), es un termómetro de nuestra técnica: si la "A" está rara, todo lo demás estará raro también.

Tomamos a Gardel no porque fuera el aniversario de su natalicio; ninguna efeméride en particular, ningún motivo en especial salvo su perfecta comprensión de la teoría de la "A". ¿Intuitivamente, o tras largos años de estudio? ¡Qué importa!





Cuesta abajo


Prestar especial atención a partir del minuto 1:00. "Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas, yo no las puedo arrancar". En esa última "a" de "arrancar" comienza a pasar por cada una de las notas que se encuentran desde allí hasta la nota de "sueño".

Prestar más atención aún. ¿Las "aes" de "ahora", "abajo", "rodada", "pasadas", son las mismas que la que se encuentra en la última sílaba de "arrancar"? La diferencia puede parecer sutil, pero si Gardel hubiese hecho una "a" más "chata", menos "redonda" que esa última, no podría haber hecho esa escala de notas con esa perfección, todas ligadas, todas con cuerpo y con resonancia plena.

El día que me quieras


Esa "a" de "Acaricia...", ¿es una "a" bien o mal pronunciada? Tan mala no será, porque Gardel después puede desarrollar una frase que contiene otras vocales, y lo hace excelentemente. Notar los finales de frase que terminan en "a" ("suspirar", "cantar", "olvida"). Ninguna "a" puede sostenerse vocalmente en el tiempo si está mal formada (bueno, sí, puede sostenerse, pero estaría fuera de estilo y el cantante estaría forzando el sonido desde la garganta; si lo hiciera todos los días, acabaría por dolerle).

En síntesis: Gardel podía hacer una "a" más redonda, profunda, con una resonancia más grave, pero también podía hacer una "a" que sonara más "argentina" que las otras, sin perder la resonancia y manteniendo la línea de lo que cantaba. Porque la pronunciación es una actividad que él realizaba sin involucrar a la laringe. Era una pura cuestión de forma: la forma de cada "a" se moldeaba a gusto, porque tenía a la garganta como en una cajita de cristal, sin hacer nada, pues el resto del cuerpo hacía lo que tenía que hacer para no estorbarla.

Yira yira (ahora sí, más claro aún)

Notar esa "a" de "yira". Esa es la auténtica "a" libre de todo color porteño (pero sin la cual no podríamos cantar bien el tango), una genuina "a" neutra, el sonido del cuerpo humano, sonando.




Otro ejemplo, menos esperado: Juntos a la par, de Pappo

Si Pappo llegó hasta el último de sus discos cantando con toda su voz, fue porque venía haciendo bien las cosas. Esa "a" de "par", en cada final de frase... ¿qué tal?

 

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